El fenómeno Taylor Swift arrasa con su paso por Madrid
Los pasados 29 y 30 de mayo el Estadio Santiago Bernabéu se puso su mejor traje de gala para recibir a la actual reina del pop, Taylor Swift, con una de las giras más imponentes de este siglo: The Eras Tour. Las temperaturas de más de 30o en Madrid no frenaron a los fans de la cantante, puesto que alrededor de 60.000 personas acudieron a cada concierto. De entre ellas algunos nombres nos resultan conocidos, como el de Ryan Reynolds, Blake Lively o las integrantes de la banda HAIM, con la que Swift hizo una colaboración para su disco Evermore (2020).
Créditos de la fotografía: TAS Rights Management.
La camaradería de las swifties se palpaba ya horas antes del concierto: desde los vagones del metro para bajar en la parada Santiago Bernabéu, en la que las friendship bracelets resaltaban en cada muñeca hasta en la cola para entrar al estadio, que se extendía por todo el Paseo de la Castellana. Centenares de pulseras hechas a mano fueron intercambiadas, e incluso en algunas partes se entonaron las canciones que esperaban escuchar horas más tarde para saciar esa sed de concierto. Como en las otras ciudades por las que ha pasado Taylor Swift, sus seguidoras se vistieron siguiendo la estética de alguno de sus álbumes o de alguna de sus canciones, creando así un maravilloso popurrí de purpurina, disfraces coloridos y botas vaqueras.
Después de una frenética actuación de la consagrada banda Paramore, quienes conquistaron el corazón de una Taylor Swift adolescente y liderados por la extrovertida Hayley Williams, consiguieron calentar motores y afinar voces haciendo que todo el Bernabéu coreara las míticas “Still Into You” o “The Only Exception”, entre sus muchos himnos.
La cantante no se hizo esperar, puesto que aproximadamente veinte minutos después de que acabara la actuación de Paramore, se mostró en la pantalla una cuenta atrás de 2 minutos para que empezara el concierto. Una vez Taylor Swift apareció en el escenario cantando Miss Americana & the Heartbreak Prince y dando comienzo al show con la era de Lover, las ovaciones del público fueron tan ensordecedoras hasta el punto de que en algunos puntos de las primeras canciones el canto del público se adelantaba a la propia cantante y tenían que frenar unos compases para reajustarse.
Créditos de la fotografía: TAS Rights Management.
Así fue como la cantante realizó un repaso por toda su extensa discografía cantando algunas de las canciones más queridas por los fans, como Love Story, You belong with me, 22, o We are never getting back together. La emoción del público se palpó cuando la cantante entonó una de sus baladas más queridas por su público, All too well (Taylor’s Version - 10 minutes version) y se alzaron las linternas de los móviles para acompañar la melodía de la canción. Y es que sin duda ese fue uno de los momentos más reseñables del concierto, puesto a que, inusualmente, la cantante aprovechó unos compases del tema para expresar sus sorpresa, ya que nunca había escuchado a una multitud cantar tan fuerte: “You guys are being so loud that is insane. By far it’s the loudest i’ve ever heard”.
La misma emoción y magia se contagiaron cuando posteriormente se sentó al piano a cantar, de forma intimista, Champagne Problems y al acabar el público la ovacionó durante cerca de 3 minutos, durante los cuales Swift se sacó los pinganillos para asegurarse de estar oyendo bien ese clamor de agradecimiento y entrega. Cabe destacar que, pese a que todas las eras que cobran vida durante el concierto son imponentes, dentro del podio deben clasificar la era de Reputation, con la que coreografía y luces se complementan para crear una atmósfera envolvente que te mete de lleno en el disco, y The Tortured Poets Department, con la cuál la escenografía se vuelve parte del escenario y la cantante interpreta un Fortnight subida a una cama monumental o un The Smallest Man Who Ever Lived acompañada de sus bailarines, quienes tocan tambores y junto a los cuáles se recorre toda la pasarela durante el estribillo simulando una marcha militar.
Cerca del final y guitarra en mano, la cantante entonó las canciones que cambia en cada ciudad, las llamadas Surprise Songs, que en la noche del 29 fueron Sparks Fly, I can fix him (no I really can) y I look from people’s windows, y en la noche del 30 de mayo fueron Our Song, Jump then Fall y King of my Heart. Al ser Our Song una canción de su primer álbum, Madrid se convirtió en la primera ciudad del Tour en escuchar canciones de todos los álbumes.
Créditos de la fotografía: TAS Rights Management.
Ambas fechas en la capital terminaron por confirmar dos cosas: en primer lugar, que el fenómeno de Taylor Swift es palpable, no solo en números, teniendo en cuenta el impacto económico que tuvo en la ciudad en su breve pero inolvidable visita, sino en emociones, puesto a que su esperado concierto marcó un antes y un después en los miles de fans que lograron ganar la batalla a Ticketmaster por una entrada. En segundo lugar, la cantante volvió a demostrar con su estética, su vestuario, sus bailarines y artefactos de fuego, que sin duda estamos ante la cantante más legendaria de esta generación, cuya extensa carrera sigue creciendo y ganándose el amor de más fanáticos, y cuyo talento y constante trabajo no hacen más que llevarla al más grande y merecido éxito.
Así fue como la cantante coronó el Santiago Bernabéu interpretando temas de sus once álbumes casi sin despeinarse. Sin duda los dos conciertos que la cantante ofreció en Madrid han pasado a tener la etiqueta de históricos, porque toda la magia comprimida que se vivió en las más de 3 horas de concierto en la que Taylor Swift repasó todos sus álbumes en vivo son una experiencia única e inigualable.